EL CAPORAL Y EL CUERPO QUE DANZA.





Cuando se habla de “ensayar” para ejecutar una danza, comúnmente se recurren a mecanismos que programan el cuerpo mediante repeticiones sistemáticas de movimientos preestablecidos asignados a una determinada danza; la mayoría de elencos y conjuntos realizan una constante instrucción para desarrollar factores como la resistencia física, dosificación de energía y la tan ansiada simetría grupal, todo ello con miras a un objetivo específico regido bajo estándares estéticos en el que no se toma en cuenta el subconsciente que emerge durante la ejecución de la danza y la interpretación, empleando el vehículo de comunicación del ser humano, el cuerpo y el movimiento.

En la danza de los caporales, la preparación del cuerpo y su interacción grupal en relación a la ejecución coreográfica mantendrá particularidades que son necesarias detallar, para los conjuntos que ensayan todo el año con miras a su posterior peregrinaje a Puno, el desarrollo del ensayo de esta expresión se vincula con el objetivo principal que es el de ser parte de una tradición que a su vez se relaciona al aspecto religioso dentro de un espacio social que incluyen muchas prácticas culturales.
Durante la festividad tradicional, el danzante asimila información que parte de los elementos socio culturales con los que convive, los mismos que van construyendo el carácter de su forma de interpretación dotándolo de particularidades propias; la vivencia que se asimila desde la influencia de un escenario social vivo y bajo contextos culturales naturales, permite que el cuerpo sea el vehículo de los códigos que el sujeto danzante interpreta conforme se alcanza el clímax en la danza, sin embargo cuando la unidad coporal es disciplinada bajo el régimen del ensayo convencional con mecanismos que controlan el inconsciente del sujeto que danza, sólo se asume la interpretación para el cumplimiento de una simetría colectiva que mínimamente mostrará rasgos de natural disfrute y desenvolvimiento.

Para los fines y objetivos de una filial de caporales que viaja a Puno para vivir la fiesta y venerar a la virgen, se debe tomar en cuenta estos conjuntos que ensayan para el objetivo mencionado se manejan en bloque y coreografías a grandes escalas por ello es conveniente el acondicionamiento de la resistencia física y por ello la naturaleza de la preparación generalmente recae en diciplinar  el cuerpo lo mejor posible para resistir largos recorridos y soportar la falta de oxígeno debido a la altura altiplánica, sin embargo todo proceso de diciplinamiento corporal afianza el concepto de que el mismo cuerpo es la prisión del subconsciente del sujeto que mediante la mecanización se produce solo un cuerpo repetidor de movimientos alejado de ser un cuepro transmisor de sentimientos, esto ocurre ya que estando condicionado por un concurso estos deben satisfacer a un jurado alejandoce del objetivo principal. 

También están los grupos que ensayan para los concursos donde se desarrollan categorías denominada ballet y concurso en parejas, en todos los casos la preparación es agotadora y muy exigente, sin embargo existen elementos que no se toman en cuenta; por ejemplo el mecanizar cada movimiento y apelar incluso a expresiones elaboradas y sincronizadas.

La llamada saya ballet es una expresión donde no solo se interactúa con estímulos de elementos culturales dinámicos, también se generan escenarios donde se estimula la adrenalina propia de la competencia que juega un factor psicológico aparte, muchas veces la interpretación recae en la mala actuación que evidencia claramente cuando el ejecutante finje y se aleja de la naturalidad de la interpretación la cual nace de una motivación que de como resultado una performance que transmita la carga emotiva que adquiere el danzante.

En suma la mecanización del caporal tanto en tropa como en la saya ballet se centran en 3 elementos básicos; movimientos de polleras (mujeres), pisadas fuertes (varones), coquetería construida (mujeres y varones), y en el caso de la denominada saya-Ballet se suma un dinamismo coreográfico alejado de un mensaje pero rico en formas geométricas y movimientos híbridos entre lo urbano y la médula del caporal; desde luego estos ejemplos son sólo algunos de muchos que existen y que están relacionados a la interpretación de cada estilo, el cual también debe tener su análisis y estudio propio, pues debido a esos estilos, se podrá rastrear los códigos de su interpretación, así proponemos su estudio desde dos conceptos que determinan un fenómeno: Estilo matriz y estilo híbrido; conceptos que detallaremos en publicaciones futuras.

¿Es necesario instruir el cuerpo y a la vez permitir que este sea herramienta perfecta para su interpretación originada desde el subconsciente danzante?, definitivamente sí es posible, pero para ello es necesario dotar al cuerpo de elementos que en lugar de fijar su rol como prisión de lo subconsciente al hacerlo literalmente consciente (academicismo propio de un ballet) sirva como puente y herramienta de lo volitivo y no divorcie la intención de expresar la vivencia con la simple necesidad de ejecutar en orden y disciplina, bajo el rígido control del juicio mediante una evaluación que de por sí limita el arte.
Los cuerpos en la danza serán libres de expresarse cuando se deje de lado los mecanismos que lo oprimen.

 

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