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Mostrando entradas de julio, 2020

PARA QUE EL GALLINERO DEJE DE ALBOROTARSE. (Una chiquita nomás)

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Si el Caporal, habiendo nacido en Bolivia adquiere características propias en nuestro país y en otros...¿Cuál sería el problema? Más aún si este nació como un Frankenstein, ¡¡¡tomando elementos culturales de países diversos y sin  permiso!!!! ¿Se le puede prohibir a los pueblos, países, etc., que no le agreguen su aporte a una expresión que ha trascendido en el mundo y que no la hagan parte de sus prácticas o adhieran a su tradición?, que ridículos quedan algunos vecinos cuando tratan de ir en contra de los fenómenos sociales, pero aún más ridículos se ven aquellos que le dan el amén y permiten el insulto público a todos los que practicamos dicha expresión, que a propósito de ello, gracias a que lo practicamos es conocida en varios países. En 50 años el Caporal no será de un país o del otro sino del mundo, con diferentes formas de interpretarse, adheridas y/o adoptadas por diferentes pueblos donde cada sociedad, pueblo, país, etc., generará alrededor de ello elementos de interpretación

DANZAS DE HILANDEROS EN PUNO Y EL ARTE TEXTIL.

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Por: Alfredo Fuster Rios. Una de las actividades más importantes que el poblador altiplánico a desarrollado a lo largo de su historia es la textilería, empleando la fibra de  camélidos (vicuñas, alpacas, llamas), sin duda estas fibras han sido insumo necesario para que puedan elaborar los vestidos y principal indumentaria, además de su empleo en diferentes momentos de su vida cotidiana (proceso agrícola, ritual, actividad de caza, de pastoreo, etc).  Durante la época Incaica las mujeres del sector Colla, asimilado al imperio, tejían con gran dedicación las indumentarias del soberano emperador. Elaboraban con suma dedicación los Tocapus que usaba el Inca principalmente para la gran fiesta del Sol; aquellas encargadas para dicho trabajo eran un grupo selecto de mujeres vírgenes elegidas y llevadas a sectores apartados desde muy temprana edad donde aprendían diferentes labores, ellas conformaban el grupo de concubinas siendo su presencia y labor un eje fundamental para el imperio, algunas

LA HUELLA AFRICANA EN LAS DANZAS DEL ALTIPLANO PUNEÑO.

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Por. Alfredo Fuster La presencia negra en el altiplano a quedado grabado en el subconciente de los pobladores indígenas, manifestando esa presencia en las vitrinas que exhiben la historia de los pueblos mediante el uso de una herramienta natural que tiene el hombre, aquella que llamamos danza. Desde la llegada del primer esclavo negro traído por Pizarro y Almagro a su paso por el nuevo continente, la evidencia de la cultura afrodescendiente ha estado presente en la historia, desde épocas de la conquista hasta la actualidad donde el aporte negro constituye una importante pieza en la que también se respalda nuestra cultura y se construye nuestra identidad. Algunos eventos históricos que se destacan es el proceso de extracción de la plata en las minas del altiplano, trabajo al que fueron confinados los recién llegados esclavos junto a los indigenas a quienes se les obligaba a cumplir con este sistema llamado mita, negro e indígena eran agrilletados del tobillo y bajo la luz de una vela de

TUCUMANOS O MULA MULA DANZA PUNEÑA

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Por: Alfredo Fuster Rios. La presencia de los arrieros fue de suma importancia para el traslado y comercio de animales de carga y productos manufacturados, los caminos que surcaban los Andes de Argentina hasta llegar a los actuales países Perú, Bolivia y Chile; eran de data antigua, procedentes de los antiguos caminos incas, también conocido como el Gran Qhapaq ñan. Estas rutas instauradas durante el incanato sirvieron para dicho comercio que estaba a cargo de los arrieros, éstos eran personas que viajaban a las principales parcialidades y sectores de lo que constituía el altiplano, llevando objetos y animales que les servía para realizar trueques o comercializar con los lugareños siendo de gran demanda las reses y mulas, las cuales eran necesarias para el traslado de los viajeros. Muchos de los que llegaban a zonas como Puno, Bolivia y Chile eran principalmente de la zona del Tucumán, caracterizados por su gran trabajo en cuero tanto para confeccionar monturas para los caball