LA BRECHA QUE NOS SEPARA LA HICIMOS A PULSO.




El racismo jamás desapareció, simplemente se ocultó detrás de las "inofensivas" parodias al provinciano; ridiculizando su forma de vestir, caminar o hablar; en la cultura televisiva deplorable de nuestro país abunda la mofa, sobre todo al indígena y a los afrodescendiente, como sociedad, nos colocamos del lado que pensamos es más "cool" y tildamos de exagerado el que se critique a la paisana Jacinta o al negro mama pidiendo su retiro de las pantallas; aquella acción de defender lo indefendible minimizando su importancia repercute en el Perú profundo siendo claramente violencia simbólica y racismo del puro, ese que se construye a partir de la burla de la imagen de nuestros hermanos del campo. 


Lo curioso es que eso mismo ocurre en muchas danzas andinas que repiten en Lima los grupos folklóricos, bajo un concepto equivocado, ridiculizan indirectamente a los pobladores indígenas al punto de hacerlos caminar como simios o caricaturizar su realidad debido al desconocimiento de la vida en el campo por parte de quienes se aventuran a hacer una danza sin haberse involucrado con la realidad del pueblo de donde procede dicha expresión; existe ese erróneo modelo que coloca al campesino como una copia fiel del cholo Cirilo y bajo ese mismo patrón se construyen los personajes no solo en la danza también lo hacen en el teatro.


Otro factor que hace mella en nuestros hermanos es su sentimiento de impotencia cuando desde un estamento estatal se tergiversan sus expresiones al punto de acercarse a la burla indirecta, ignorando sus reclamos; de eso el Ministerio de Cultura sabe mucho pero poco o nada les importa sino preguntemos a los hermanos de Chupaca cuando reclamaron la forma en que representaron su danza emblema de los Shapish o a los hermanos del valle del colca y el wititi; estas actitudes el pueblo lo toma como ofensa y desatención de parte de sus autoridades que al ignorarlos dan a entender que el legado de su cultura viva es un juguete que se puede solapar bajo el pseudo cliché de la mal entendida "propuesta", es ahí donde se hace importante la investigación (que al parecer le es ajena a estos estamentos y a sus principales responsables) como muestra del respeto que le debemos a nuestra gente y cultura, aunque este tema parezca insignificante para algunos, es un hecho que se agrega en la bien ganada brecha que a pulso nos ha costado hacer, aquella que se va agrandando entre Lima y el Perú rural que nunca tomaron en serio nuestras autoridades.

Y después nos preguntamos, ¿por qué Pedro Castillo está en segunda vuelta?

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