LAS BANDERAS COMO INSTRUMENTO DANZARIO, SÍMBOLO E IDENTIDAD.


Se sabe por historia que nuestros antepasados no tuvieron ni conocieron el concepto de bandera y mucho menos tuvieron una durante el imperio incaico, así lo afirma la investigadora María Rostworowski, este objeto fue traído por los españoles y asentado en épocas coloniales en el nuevo mundo; sin embargo, lo que sí es de conocimiento histórico es que tuvieron emblemas y estandartes que contenían símbolos y colores que determinaban la jerarquía e identidad de quienes lo portaban. En culturas pre incas como los Mochica, los antiguos señores y sacerdotes fueron enterrados con estandartes cubiertos de pequeñas placas de oro y figuras que representan su jerarquía y estatus, prueba de ello se puede apreciar en las tumbas reales del Señor de Sipán en Lambayeque.

Con el paso del tiempo, los mismos pueblos han asumido y construido sus propios símbolos y banderas con las que sus comunidades se identifican, un ejemplo de ellas es la Wiphala o Unancha, que representa a la nación aymara y quechua, aquella que además denota su cosmovisión y consolida su sentido de pertenencia, identidad y dignidad de aquellos pueblos originarios.

En las danzas también observamos estos instrumentos los cuales son empleados por los pobladores, la bandera generalmente blanca que portan en una mano tiene una función dentro de la danza que está vinculada al imaginario del poblador indígena y a épocas de carnaval o anata, tiempos donde los campos están floreciendo; la wifala también acompaña en el momento en que se realizan los enfrentamientos o pruebas de valor dentro de la danza, aquellos eventos que propician el paso a la etapa adulta del poblador indigena, por esa razón se suele evocar el grito de victoria o ¡Wifay! durante su ejecución. Es preciso entender que el uso de estos elementos en las prácticas culturales del indígena constituye el fortalecimiento de su identidad y sentido de pertenencia, por tal motivo es de suma importancia considerar su esencia y significado.

Por su parte la phalala es una bandera de gran tamaño, pero más angosta en relación a las anteriores, con el que se identifica cada Suyo o comunidad por el color que esta presenta, es un instrumento también empleado para algunas danzas como los "Machula Jaurais", durante los carnavales en el distrito de Macari; también en la festividad de los "Canchis de comadres y compadres" del distrito de Umachiri. En épocas de carnaval se aprecia la entrada de comadres y compadres, previamente se realiza el chaku de zorros. Es el varón quien porta la phalala de casi 4 metros de largo, elemento que emplea durante la representación danzaria denominada Puca Canchis aludiendo a las batallas históricas en las pampas de Umachiri, dentro de la representación de su kashwa tupay o fase guerrera; no obstante, tanto en la zona quechua como la aymara existen estos símbolos, en el sector quechua llamadas phalalas que además es símbolo que rememora a deidades presentes en el imaginario indígena como la serpiente mítica  "amaru" o "catari."

En un relato recogido en el distrito de Macari en el año 2013, el señor Reynaldo Mamani menciona: 

 "...ese reventar es el sonido del Suchi (especie de huaraca) eso hacen tronar los machulas desde el cerro para llamar a la lluvia"

Dicho estruendo producido por los suchis de los danzantes simula el estruendo de los truenos y rayos, este evoca al dios andino Illapa, que es aquel que anuncia la llegada del amaru, desde el imaginario indígena esta deidad se refleja en el flamear frenético y ondulante de las phalalas evidenciando la forma de la serpiente mítica al movimiento ondulante que se produce en las largas y angostas banderas (Fuster, 2015)


Según la teoría de la danza del antropólogo puneño Oscar Bueno Ramírez, menciona que existe un significado en el contexto de la semiótica del color para la vestimenta, instrumentos y emblemas empleados por las comunidades indígenas (Bueno 2014). En tal sentido, en la zona quechua de Ayaviri, Umachiri y Macari así como en Huamanruro que son zonas quechuas, el color rojo es la representación del hombre fuerte o cari, guerrero fiero, descendiente de la nación Canchi desde épocas pre incas, el color blanco por su parte es la representación de alegría y fiesta, en tal sentido, el planteamiento de la decodificación del color, Oscar Bueno interpreta el significado de estos colores lejos del concepto occidental como erróneamente se han venido interpretando aduciendo que el rojo es sangre y el color blanco significa la paz.

Cabe mencionar que se puede apreciar que en distintos concursos se ejecutan estas expresiones originarias, pero con un concepto vago del significado de estos símbolos, aquellos que son de suma importancia para los pueblos originarios de la región Puno. Lamentablemente la falta de investigación y la poca preocupación de todo el contexto de una expresión se reduce a una simple propuesta coreográfica que en ocasiones vulnera el significado de aquellos emblemas que son parte del sentido de pertenencia o constituyen la identidad de los pueblos indígenas y que no son debidamente tomados en cuenta.

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