CUERPOS LIMINALES EN LA PRÁCTICA DEL CAPORAL URBANO

 Por. Alfredo Fuster Rios.

El análisis y calificación en los concursos de Caporales en sus diversas modalidades, que es competencia de los jurados, no aborda aspectos que constituyen un riquísimo campo de debate basados en la investigación, en suma formular críticas que se respalden en nuevas hermenéuticas se torna utópico, sobre todo en un espacio donde pareciera que poco interesa la reflexión sobre esta tan popular pero poco teorizada expresión.

Aspecto importante es el entendimiento del sujeto y la danza como elementos que se interrelacionan entre si, mientras el sujeto es motivado por el factor rítmico este puede generar movimientos a través del cuerpo físico, interiorizándo el cuerpo sonoro que acompaña esta expresión (música) y recurriendo al archivo que se enmarca también en el cuerpo del danzante que da forma a su motivación rítmica ejecutada de acuerdo a los patrones culturales que el subconsciente emplea para interactuar entre si y con otros, generando dialogicidad entre los cuerpos que interactúan.

Llevar a la reflexión estos temas son de importancia para entender el comportamiento del “yo” que habita un territorio corporal que al mismo tiempo dialoga con el otro, en el contexto de la alteridad referida por Geertz (1973) nos permite identificar diferencias mediante la interacción y la experiencia entre el sujeto y los aspectos culturales, en tanto el cuerpo agencia indices que canalizan las otredades, proporcionando un punto de inicio para el entendimiento de lo que nos hace diferentes, tanto en los códigos culturales archivados en el mismo cuerpo empleados como instrumentos al momento de ejecutar la performance y transitar por el espacio liminal dentro de la narrativa de la performance, siendo este un momento importante de identificar y observar.

                           Foto: A.C. Nueva Libertad.

Desde el concepto de Turner (1969) los cuerpos liminales que están en el umbral de tránsito bajo el ritual mismo consolidan la performance danzaria y determinan la identidad del danzante la cual transita de un estado a otro, en tal sentido su práctica y el cuerpo como territorio es donde se construye al personaje que termina por apoderarse de dicho campo corporal determinando así el ritual de paso; desde la ejecución de la expresión danzaria se puede identificar el tiempo en que el cuerpo archiva la experiencia afrontando esos procesos de liminalidad que además dialogan con el entorno;  la identidad en la performance emerge en respuesta a esa transición experimentada por el danzante.

Específicamente refiriéndonos a la expresión del Caporal y sus muchas formas en que los cuerpos generan agencia y plantean performance, la pregunta sería:

¿En qué medida los que observamos y emitimos un juicio empleamos técnicas puntuales para decodificar esos procesos liminales y evidenciar esos cuerpos que transitan en el escenario generando comunidad entre los que están alrededor?

En conclusión, si se siguen observando y dando juicios desde conceptos primarios como los que se ven en criterios de calificación que se repiten de un concurso a otro, sin siquiera asumir una mirada mas aguda que no responde a la necesidad de las performance planteadas por las distintas agrupaciones, simplemente no se contribuye al desarrollo de este arte llamado Caporal. 


Fotos: Créditos a sus respectivos autores.

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