POLLERA: PODER, SIMBOLISMO Y DANZA





La pollera es una de las prendas que sin duda caracteriza a la mujer del ande, siendo motivo de varios estudios, no sólo en el Perú sino en varios países de Latinoamérica donde su presencia aún está vigente. 

En la zona andina y altiplanica de nuestro país la pollera cumple un papel importante en la construcción de identidad de la mujer no sólo del campo sino de las urbes, que la empodera visibilizando la capacidad socio económica de su portadora y la actividad que desarrolla. 

Esta prenda también encierra elementos simbólicos estrechamente ligados a su cosmovisión, adquiridos dentro de la danza en la que participa. 

Desde su origen, el cual se remonta a la imposición de las forma de vestir a la usanza de las mujeres europeas llegadas al nuevo mundo durante la colonia, todas las vestimentas  indígena se prohibieron ya que desde la percepción occidental representaba  un instrumento de herejía, esto debido a que no sólo en los anacos antiguos sino en las mantas, chumpis y tocapus se podían evidenciar sistemas de iconografías donde se plasmaban mensajes que eran transmitidos de generación a generación, de ello ya ha comentado el antropólogo puneño Oscar Bueno R., quien explica de forma acertada el valor que estas tienen en el vestido de las danzas originarias. 

El origen de la pollera andina responde a la necesidad de la mujer nativa y a la realidad de la actividad que realizan especialmente en  lo agrícola, de ahí que se fue adaptando a ese contexto. 

La cantidad de polleras con las que se atavían imitaban el volumen de los vestidos de las damas occidentales, pero también tiene un valor agregado producto del amalgamiento cultural o sincretismo, por ende el factor simbólico del uso de la ropa occidental adaptada desde la visión de las naturales siempre cumple con un propósito vinculado al imaginario y ritualidad propio de su cosmovisión. 

Cuando la mujer interviene en una danza, esta asume diversos significados según el contexto y la épocas en que se realiza dicha danza, siendo en los meses de floración de los campos en el que representan a la flor de la papa ejecutando giros donde despliegan sus polleras y centros cual flores nacientes de las parcelas, esta época es motivo de alegría en el que además se "pesca" (agarra) la papa nueva para ch'allarlas con vino, mixtura, dulces y serpentina haciéndolas danzar en la misma chacra, a esta actividad en la zona aymara la llaman Jatha Katu, época en que las familias celebran alegres por la llegada de la papa nueva, la producción asegurada y la bendición de la tierra. 

En la danza de los Cinta K'anas de Taquile los giros realizados por las mujeres evocan el pachakuti concepto que describe el regreso del  tiempo de luz, en el que la identidad y dignidad del mundo andino volverá a un orden. 

Las mujeres danzan dando giros de forma horaria y anti horaria, mientras los varones a su vez se colocan sus faldellines de tela blanca en los hombros para evocar al pachakuti que también lo relacionan con unas hormigas aladas que aparecen en estas épocas de solsticio (tiempo frío).  

No obstante los contextos que se manejan en la dualidad andina nos evidencian símbolos iconográficos que están presentes en el imaginario andino y fueron representados en sus principales centros ceremoniales de los cuales nos valemos para realizar una relación entre ellos; en la cosmovisión andina la forma círcular representa a pacha mama prueba de ello a quedado como evidencia en el diagrama cosmográfico del cronista indígena peruano Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamayhua, quien representó la cosmovisión del mundo andino y sus principales deidades. 

En la isla Amantani se encuentra el santuario a pacha mama curiosamente construido en forma circular desde épocas anteriores a los incas, mientras que el de pacha tata (padre cielo) es un centro ceremonial cuadrado, en el mes de enero celebran a sus divinidades realizando prácticas rituales donde se representa la metafórica unión sexual entre lo femenino (pacha mama) y masculino (pacha tata). 

Lo abstracto del imaginario del poblador andino es una categoría compleja por su composición y estructura, en ese sentido lo femenino está ligado también a las fases lunares que el hombre ha observado a lo largo de la historia para poder llevar a cabo las etapas de producción agrícola, para los pobladores originarios la tierra, la luna (phaxsi) y la mujer están ligadas entre sí considerando sus ciclos vitales como sus etapas de reposo, impureza (menstruación), esterilidad, fertilidad y gravidez, tal como se da en los ciclos de la mujer, por ello es que en la danza  se denota mediante sus movimientos en giros completos alternándolos entre centrifugo y centrípeto, medios giros y cuartos de giros con la particularidad que en la coreografía de algunas danzas participan las awichas y jóvenes doncellas que suelen bailar de manera libre siguiendo su propia trayectoria como si quisiera representar aquellos ciclos lunares que determinan el proceso agrícola dentro de las expresiones autóctonas sin mencionar que el significado no deja de ser el mismo para las demás participantes. 


En la actualidad la pollera ha pasado a ser un símbolo de empoderamiento de la mujer dedicada al comercio en sus diferentes rubros, en este escenario el uso de esta indumentaria afianza su identidad dentro de los espacios urbanos y denota su poder adquisitivo.

No es casualidad ver que las mamachas sean exigentes a la hora de adquirir el modelo y material de sus prendas entre challs, mantones, blusas, sombreros y centros, pero sobre todo la pollera principal. 

El tema sobre la pollera es bastante amplio sobre todo si abordaríamos aspectos relacionados a los cambios que ha tenido a través del tiempo en las danzas en traje de luces por el tamaño y la altura en que se suele usar hoy en día, lo cual es objeto de polémicas que no contemplan otros elementos y fenómenos socio culturales presentes pero ese es otro tema que reflexionaremos más adelante.

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