A PROPÓSITO DE LOS CONCURSOS DE CAPORALES Y SU CATEGORÍA BALLET.
Por. Fuster Alfredo.
La práctica del Caporal y su denominada categoría para concurso a la que llaman "Saya Ballet" tiene gran presencia a nivel nacional, es propio especificar que la Saya es una cosa y el Caporal otra sin embargo por temas de marketing y quizá desconocimiento, en la capital Lima, denominan a los concursos con esos títulos leyéndose en muchos anuncios como "Concurso de Saya". La recurrencia de este baile y su apogeo se debe a las constantes creaciones de espacios donde su protagonismo se va afianzando progresivamente y se consolida como la expresión más solicitada en diferentes actividades, independientemente de los concursos es principalmente practicada por jóvenes de todos los estratos sociales.
Si esta expresión llamada Caporal no tendría la cualidad de resignificarse constantemente permitiendo a sus actores la amplitud de creatividad incluyendo elementos de otras expresiones para enriquecer y consolidar su propia identidad, hace muchísimo tiempo habría desaparecido; en ese entender, es necesario resaltar que este híbrido es el Caporal peruano el mismo que ha seguido sus propias directrices hasta llegar a desarrollar y consolidarse en nuestro territorio, las evidencias son las agrupaciones que han desarrollado estilos únicos, que han dado como resultado la identidad del conjunto.
Cabe recalcar que el concepto de la palabra "Caporal" no constituye autoría exclusiva de alguna persona o país, siendo este personaje recurrente también en diversos paises de América Latina, denominado también con otros términos como capataz, patrón, mandón, gamonal o Caporal, usado para señalar a quien tenía un cargo dentro de una labor o trabajo desde épocas anteriores a 1821 y sobre todo a 1825, a su vez se debe señalar que esta expresión no es estática ya que se va creando y recreando constantemente a lo largo del tiempo, de ahí la amplia gama de estilos y formas que se originan en nuestro país y de seguro seguirán surgiendo influencia de los elementos culturales modernos que atraviesan a los grupos sociales y sobre todo a los agentes culturales dentro de nuestra emergente cultura urbana.
Al ser este arte del caporal una práctica que ha tomado lugar en muchos lugares sobre todo en diversos distritos de la capital, ha sido necesaria la creación de múltiples espacios donde estos grupos puedan tener oportunidad de poner a crítica y evaluación sus propuestas coreográficas y aquellas innovaciones que se han ido construyendo producto de la misma necesidad de visibilizarse y adquirir el capital simbólico necesario que pueda posicionarlos en el éxito momentáneo dentro de los muchos concursos denominados "Nacionales".
En este extremo de la actividad cultural y especificamente en el desarrollo de esta expresión no todo es "amor al arte" debido a que desde la visión de algunos conjuntos sobre todo de sus directores, no se concursa solo por el prestigio sino también para colocarse en una vitrina exclusiva que pueda dar los frutos respectivos donde dicha agrupación que logra el éxito, en poco tiempo puede alcanzar a tener filiales a nivel nacional y extenderse en este negocio tan rentable dentro de la industria cultural; vestimenta, franquicia, pago de cuotas anuales, polos, casacas, sombreros, brazaletes, fiestas privadas, fiestas temáticas y un largo etc, conforman las diferentes actividades que desde luego también dejan dividendos que son administrados y dispuestos por quienes "cortan el jamón" dentro de determinada agrupación, desde luego esto se maquilla detrás de mecanismos que controlan y que son bien establecidos donde se estila fidelizar a los integrantes con la construcción de identidad, fe, amistad y otro largo etc, que generalmente se desmoronan cuando se trata de defender intereses personales y adquirir Poder, siendo este último el anhelo de muchos que incluso pueden ser y comportarse peores de Judas por una pizca más de ese tan ansiado Poder (ni los perros famélicos pelan tanto por un hueso), ojo que esto no solo es en el tema de Caporales y conjuntos de barrios sino en muchos otros conjuntos y grupos de diversas expresiones de danzas de luces, tanto grandes como pequeños y a nivel nacional.
Pero volviendo a los espacios y actividades donde se realizan estos concursos, es preciso mencionar que cada uno ofrece cosas interesantes en temas de escenografía, sonido, animación y otros aspectos propios de la producción y organización, en suma va mejorando año tras año, lo cual influye de manera indirecta en la performance que el grupo plantea; uno de los concursos más concurridos en el que la mayoría de agrupaciones anhela en participar logrando levantar la copa del triunfo es el llamado concurso nacional EL TUNDIQUE DE ORO realizado en la conocida Central Folklórica Puno, lugar que ha sido testigo de muchos eventos en los que cientos de bailarines han dejado todo en escena a lo largo de la historia que tiene este espacio que, desde finales de los ocheta e inicios de los años noventa se realizaban festividades costumbristas de los residentes puneños provenientes principalmente de distritos del sector quechua y aymara de la ciudad del lago.
Con el paso de los años el ya mencionado concurso ha tomado cuerpo por ser uno de los pioneros en insertar la categoría "ballet" donde la perfomance de los grupos van proponiendo no solo intros y coreografías de mensajes relacionados al contexto histórico del caporal sino que se implementa también el llamado cuerpo musical o mix, el cual es preparado por los directores de los conjuntos participantes con el fin de darle una dinámica diferente a sus propuestas coreográficas, las mismas que se guían por la estructura y pauta de los adornos, efectos y acentos dentro de la sistematización musical. Estos adornos corporales que han visto evolución a lo largo de los años y son bien adaptados logrando crear una estética particular se fueron enriqueciendo con elementos de moda y fueron la característica principal de esta época, no obstante el estilo llamado "sambos" de estilo peruano fue posicionándose en dicho concurso y a ello se le llamó la época de oro de los "sambos", sobre todo a inicios del nuevo milenio, con la particularidad de que dicho estilo fue el producto de la resignificación de formas y movimientos codificados, habiendo evolucionado el estilo peruano con elementos extraídos de danzas como la marinera norteña y otros géneros, una de las pioneras es la señora Doris Lugo a quien tuve oportunidad de entrevistar en reiteradas ocasiones durante la investigación que realizaba sobre los estilos híbridos del Caporal Urbano en Lima.
Los cambios en cuanto a música y la ejecución misma del baile también trajo adhesiones que en el tiempo se han ido quedando en el olvido por su poca afinidad con este género, a su vez los mix también tuvieron su época de excesos sin ningún criterio de estereometría lógica y funcional con la propuesta coreográfica planteada, esto persiste en la categoría tinkus, donde sus propuestas de mix son un grito al oído, carentes de lógica y estructura acorde con el mensaje de dicha danza, el tumultuoso aporte de efectos le dan una atmósfera propia de una escena de la guerra de las galaxias donde el contexto musical se divorcia del socio cultural, sin embargo ese es otro tema.
Lo cierto es que respecto a concurso, muchos de los grupos de renombre y otros recién en desarrollo se van afinando o como se diría criollamente, van tomando "cancha" en competencias parecidas que también desean obtener el nivel de prestigio esperado para denominarse realmente un concurso nacional.
Sin duda un aspecto que es de suma importancia son los jurados que desde sus posiciones tienen la ardua y desgastante labor de emitir un juicio técnico, por que felizmente todos los jurados en los concursos denominados nacionales y no nacionales emiten observaciones técnicas producto del conocimiento de causa y las constantes investigaciones que hacen de este arte y su tratamiento desde el aspecto práctico pero también científico como un fenómeno que es producto de las culturas emergentes a nivel mundial.
Es vital el juicio de los jueces debido a que para el director artístico de determinada agrupación este siempre tendrá un calificativo de excelente y por ende debería ganar, pero no se puede juzgar de forma objetiva debido a que dicho juicio es evidentemente sesgado ya que parte desde la crítica del que enseñó lo que luego pretende criticar, por ese mismo motivo es que los también llamados observadores juegan un papel importante en los concursos y están ahí para sustentar de manera técnica sus observacione en cuanto al desarrollo coreológico, planimétrico, estereométrico y la misma volición del cuerpo en tanto a su performance.
Muchas ideas se quedan en el tintero y el tiempo apremia.
Foto: A sus respectivos autores.
Comentarios
Publicar un comentario