ANTES DE LA KULLAWA…EL SUNY KULLAGUA.


Por: Alfredo Fuster Rios. (Archivo 2015)

Como todos sabemos, uno de los principales elementos que ha servido al poblador altiplánico, en su vida diaria, es la fibra de los camélidos (vicuñas, alpacas, llamas), sin duda estas fibras han sido insumo necesario para que puedan elaborar sus vestidos y principal indumentaria, además de su empleo en diferentes momentos de su vida cotidiana (proceso agrícola, ritual, actividad de caza, de pastoreo, ect). 

Durante la época Incaica, las mujeres del sector Colla, asimilado al imperio inca, tejían con gran dedicación las indumentarias del soberano emperador. Elaboraban con cuidado y con las mejores fibras, extraídas de los camélidos, los trajes que usaría el Inca principalmente para la gran fiesta del Sol; eran un grupo selecto de mujeres vírgenes elegidas y llevadas a sectores apartados desde muy temprana edad donde aprendían diferentes labores, además no solo conformaban el grupo de concubinas del Inca, se sabe que muchas de ellas eran sacrificadas para acompañar en su muerte al jefe del imperio. 

A la llegada de los españoles, y con la conquista, se adaptaron nuevas formas de vestir, ese proceso generó estilos diversos en el uso de la vestimenta en los indios, los cuales estaban obligados a cambiar sus atuendos por otros que sean de procedencia española, sin embargo nunca se perdió la tradición de tejer, con telar de suelo ó de cintura, las mujeres del altiplano (y de toda la zona andina) seguían tejiendo como parte de su actividad cotidiana, actividad que han mantenido hasta nuestros días, a pesar que los españoles y sobre todo los religiosos, que llegaron a esta parte del mundo, veían en las iconografías de los tejidos, elementos simbólicos que para ellos se interpretaba como herejía. 

Fueron muchos los tejidos quemados durante la extirpación de idolatrías, otros destruidos, muchos de ellos mandados a España.

A pesar de todo la mujer altiplánica jamás dejó de tejer, mucho menos olvido las técnicas aprendidas, según ellos, por los primeros hermanos hijos del sol, que salieron del Titicaca a enseñarles a sembrar, cocinar sus alimentos y a tejer sus atuendos, en una etapa donde vivían como bestias y donde todo estaba en desorden. 

Dice la leyenda que fue el Dios sol quien compadecido por la vida que llevaba el hombre, envió a sus hijos a enseñar a los seres humanos, en ese proceso se les habría instruido de todas las técnicas, de las cuales se sirven los indígenas hasta hoy para poder vivir.

Así es como nace la danza del Suni Kullawa, siendo la zona “Suni” el sector más alto de donde procede esta danza, en la provincia de Moho, distrito de Moho; Es bailada principalmente en el centro poblado de Sullca (Moho), sin embargo también lo ejecutan en Conima, Tilali y también en algunos sectores de la provincia de Huancané.

Esta expresión es la antecesora a la danza de la Kullawa, danza que sería la evolución del Suni Kullawa y que es definitivamente de origen Puneño. La danza del Suni Kullawa representa las fases del la elaboración del hilo, empleando la fibra y torciéndola, superponiéndola en la rueca hasta crear una hebra el cual se amarra a la punta del hilador y se va procediendo con la torsión de manera continua, para colocar la hebra torcida se emplea la “Puchka” o “Rueca” con la que se realizará el hilado y el re-hilado de la fibra del animal (camélido) o la lana de oveja (traída por los españoles).

Los danzantes portan los instrumentos con los que tejen estos son:los telares de piso, los cuales portan en la espalda (ocasional), y el hueso de la pata trasera de la llama, lo que les sirve para separar los hilos que se colocan en los telares para empezar a entrelazarlos unos a otros produciendo el diseño del tejido. 

Una característica del varón es, recubrirse el rostro y la cabeza con un pasamontañas de colores, el cual le permite adquirir una personalidad ligada a su ritualidad y el contexto cosmológico en el que se asienta su devenir cotidiano, sin embargo la máscara permite la construcción de una identidad que extrae al sujeto y lo convierte en instrumento de interpretación de identidad adquirida, una especie de mensajero de lo que el alma y su conciencia genética obedece, teniendo como elemento conductor la ejecución de la danza que le fue heredada por sus padres o abuelos el cual expresa de forma natural. 

Sin duda las versiones que vemos actualmente, y que los bolivianos aducen ser los propietarios, tiene su origen en esta parte del territorio puneño y desde luego peruano, entonces, ¿De que “kullawada” hablan los vecinos?.

foto:poly sucasayre.

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